13 abr 2010

VIEJO BOLICHE DE ESQUINA

Ahora estás casi en ruinas,
enorme caserón de la época,
almacén de ramos generales,
corralón, boliche, esquina tradicional de mi pueblo.

Cuánta gente desfiló por tus copas;
parroquianos, pistines, tamberos,
caporales de estancias y algún que otro malevo.

Cita obligada del buen vino, grapa, coñac y ginebra,
guitarras y canto, mezcladas con charlas de fútbol, cuadreras,
carreras de galgo, política y otras yerbas, nunca faltó la
escoba y el truco, y entre envido y retruco, la voz de un cliente
pidiendo ¡otra copa bolichero!

Si tus gastadas paredes pudieran hablar,
cuántas verdades dirían,
el paso del tiempo gastó tu frente y el piso de tablas.

Sólo quedan sótanos y estanterías vacías, mudas de silencio.
Ya no sirven copas ni el Lucas, ni el Gringo,
tu enorme puerta cerrada no recibe a los parroquianos, el tiempo
fue implacable, no te entregues caserón.

Seguí desafiando al tiempo.
Viejo boliche de esquina, sos historia de mi pueblo.


Por Gerardo Stacchiotti